lunes, 23 de abril de 2012

Causas
El Sida es la etapa tardía de una enfermedad donde se va dañando paulatinamente al sistema inmunológico. Este daño es causado por un virus llamado HIV (Human Inmunodeficiency Virus).

Este virus es lo que se llama un retrovirus, ya que lo que hace es incorporar la información para su replicación en la estructura de la célula que dirige toda la maquinaria celular, es decir en el núcleo celular. Una vez incorporado, puede vivir latente por meses e incluso años, formando parte de la célula. Se estima que esta latencia es en promedio de unos 5 años, aunque existen personas que "conviven con el virus" en estado latente por más de 10 años.

Transmisión
El virus del HIV se transmite a través del contacto sangre con sangre de una persona infectada, sangre con fluidos del cuerpo como ser semen, flujo vaginal de una persona infectada, a través de la leche materna en la amamantación del recién nacido por parte de una persona infectada o durante el parto.
Existen factores que aumentan la probabilidad de infección como ser una alta carga viral (alta cantidad de virus libre en la sangre), estado inmunológico de la persona que está siendo expuesta al contagio, reiteración de exposiciones, etc.

Por otro lado existen prácticas de riesgo que potencialmente exponen al individuo al contagio por el HIV:
·                            Relaciones sexuales anales o vaginales sin preservativo con una persona portadora del virus.
·                            Compartir jeringas con personas infectadas
·                            Amamantar a un niño por parte de una madre infectada. La leche materna de una persona portadora contiene el virus HIV y éste puede ser transmitido al lactante durante la amamantación.
·                            Durante la gestación no es frecuente el contagio de una madre portadora al bebé que ella está
gestando, pero generalmente el 50% de los partos de madres HIV(es decir con el virus del HIV) transmiten el virus a los recién nacidos.
Síntomas
-No existen síntomas específicos del HIV
- La única forma de confirmar la existencia de infección por el HIV es a través de la prueba de detención del HIV en una muestra de sangre.
Existen tres tratamientos:
1. Tratamientos antivirales: tratan de detener de una forma u otra el avance del virus dentro del cuerpo. Por ejemplo, AZT, ddI y ddC interfieren en la producción de la transcriptasa inversa, que es una proteína necesaria para infectar nuevas células. Los inhibidores de proteasa, en cambio, funcionan impidiendo que el virus utilice la enzima de la proteasa, que sea un componente esencial para la reproducción del virus.
2. Inmunomoduladores: Los tratamientos en este grupo tratan de mejorar la capacidad del cuerpo de atacar al VIH y de fortalecer la respuesta del sistema inmunológico contra el VIH. Por ejemplo, algunas vacunas experimentales están tratando de fortalecer al sistema de defensas hasta el punto en que éste pueda deshacerse del VIH. Otros tratamientos tratan de aumentar la producción de células T, aunque no se cree que esto sea de mucha ayuda, a menos que se utilice en combinación con un fármaco antiviral.
3. Tratamientos y profilaxis contra enfermedades oportunistas: Aunque no hay todavía una cura para el SIDA, muchas de las enfermedades que atacan a personas con SIDA pueden controlarse, prevenirse o eliminarse. Esto ha aumentado significativamente la longevidad y calidad de vida de las personas que viven con Sida. La profilaxis es el uso de medicación para prevenir la aparición o recurrencia de una enfermedad. Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) han publicado sus recomendaciones de "cuidado estándar" con referencia a la profilaxis.

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